Propinas libres de impuestos: la promesa de Trump podría ahorrar más de 100.000 millones de dólares, pero ¿a qué precio?

Durante su campaña, el candidato presidencial Donald Trump ha presentado una propuesta que podría alterar drásticamente el panorama financiero para millones de estadounidenses: la eliminación de los impuestos sobre las propinas.

Si bien el concepto de permitir que los trabajadores de servicios conserven una mayor parte de sus ingresos parece atractivo a primera vista, los economistas y analistas de políticas están divididos sobre su impacto potencial, advirtiendo de consecuencias no deseadas que podrían afectar desproporcionadamente a la clase trabajadora.

¿Una reducción de impuestos con condiciones? Analizando los posibles beneficios.

Los defensores de la política argumentan que proporcionaría un alivio muy necesario a quienes trabajan en sectores con propinas.

Un informe del Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale estima que la eliminación de los impuestos sobre las propinas podría resultar en una reducción fiscal promedio de 1.700 dólares al año para las familias afectadas.

Sin embargo, el informe de Yale también señala que este beneficio se concentraría en un grupo relativamente pequeño de estadounidenses.

“Alrededor del 4% de las familias declaran las propinas al IRS, y quienes lo hacen son desproporcionadamente jóvenes, solteros y de bajos ingresos”, afirma el informe.

“Esto significa que muchos trabajadores que reciben propinas no pagan impuestos sobre la renta para empezar y no se beneficiarían de una nueva deducción”.

Los críticos del plan advierten que podría tener varios efectos secundarios negativos.

Sin las salvaguardas adecuadas, la eliminación de los impuestos sobre las propinas podría exacerbar la “fatiga de las propinas”, lo que llevaría a las empresas a presionar a los clientes para que den propinas con más frecuencia, incluso por servicios donde tradicionalmente no se esperan.

El Instituto de Política Económica (EPI) sugiere que este cambio podría facilitar a las empresas esperar propinas más altas, incluso añadiendo una “propina recomendada” a las facturas con la expectativa de que los consumidores no se quejen.

Además, profesionales con altos ingresos como abogados y asesores financieros podrían aprovecharse del sistema reclasificando sus honorarios como propinas para evitar pagar impuestos, añadió el EPI.

El actual desprecio por la cultura de las propinas va más allá de los jóvenes o de quienes tienen un presupuesto ajustado.

Casi 9 de cada 10 estadounidenses piensan que la cultura de las propinas se ha descontrolado, según una encuesta reciente de WalletHub.

Además, alrededor del 60% cree que las empresas están reemplazando los salarios de los empleados con propinas de los clientes.

Una preocupación más fundamental es que la eliminación de los impuestos sobre las propinas podría incentivar a los empleadores a reducir los salarios base de los trabajadores que reciben propinas.

Según la ley federal, los empleadores pueden pagar a los empleados que reciben propinas tan solo 2,13 dólares por hora, siempre que “habitualmente y con regularidad reciban más de 30 dólares al mes en propinas”.

Esta dependencia de las propinas crea inestabilidad financiera para los trabajadores y traslada la responsabilidad de proporcionar un salario digno de los empleadores a los clientes.

El impacto fiscal

Otra posible desventaja de eliminar los impuestos sobre las propinas es la significativa reducción de los ingresos federales.

Yale estima que las pérdidas podrían superar los 100.000 millones de dólares en la próxima década, incluso antes de tener en cuenta los cambios de comportamiento que podrían erosionar aún más la base imponible.

Debido a que el gobierno ya tiene problemas de liquidez, esto podría llevar a una mayor reducción de fondos para programas sociales que benefician a los empleados de bajos ingresos que reciben propinas.

Según el EPI:

Los beneficios fiscales podrían acumularse principalmente en los contribuyentes de altos ingresos, pero las pérdidas de ingresos perjudicarían al público en general, ya que los gobiernos tendrían menos fondos para una educación pública de calidad, carreteras seguras, salud pública y programas contra la pobreza para niños y familias.

Si bien Donald Trump ha defendido la eliminación de los impuestos sobre las propinas, el tema también ha recibido el apoyo de algunos demócratas, incluida Kamala Harris. Sin embargo, estos respaldos a menudo vienen con salvedades, como restricciones al alcance de la política y llamamientos a aumentos del salario mínimo.

A medida que continúa el debate sobre los impuestos a las propinas, es esencial considerar los posibles beneficios e inconvenientes para todas las partes interesadas, asegurando que cualquier cambio en el sistema promueva la equidad y las oportunidades económicas para todos los estadounidenses.