Mira Murati, CTO de OpenAI, se suma a la ola de salidas: ¿qué hay detrás de las recientes salidas?
- Chief research officer Bob McGrew and vice president of research Barret Zoph also announced their exits.
- Leadership exits come amid OpenAI’s transition to a more traditional for-profit tech company.
- Earlier, a string of exiting executives and researchers questioned OpenAI's safety standards.
La directora de tecnología de OpenAI, Mira Murati, anunció su renuncia el miércoles, lo que marca otra salida significativa del liderazgo mientras la potencia de inteligencia artificial experimenta cambios organizacionales sustanciales.
Murati, una figura fundamental detrás del desarrollo de ChatGPT y DALL-E, en una nota al equipo de OpenAI publicada en X (anteriormente Twitter), dijo:
Mis seis años y medio con el equipo de OpenAI han sido un privilegio extraordinario. Nunca hay un momento ideal para alejarse de un lugar que uno aprecia, pero este momento se siente adecuado.
La salida de Murati es particularmente impactante ya que ella fue elegida para reemplazar a Sam Altman como CEO interino en noviembre pasado, cuando Altman fue destituido por un breve período y luego restituido en su cargo en cuestión de días.
También ha sido un rostro público destacado de la empresa emergente y aparece regularmente para hablar sobre su tecnología.
Su salida sigue a una serie de renuncias de alto perfil dentro de la empresa, lo que indica cambios más amplios dentro del liderazgo de OpenAI mientras navega su controvertido camino hacia la rentabilidad.
La marcha de Mira Murati no es un hecho aislado. Horas después de su dimisión, el director de investigación de OpenAI, Bob McGrew, y el vicepresidente de investigación, Barret Zoph, también anunciaron sus planes de abandonar la empresa.
En publicaciones en X, McGrew señaló que era “hora de tomarme un descanso”, mientras que Zoph compartió que estaba “explorando nuevas oportunidades”.
Las salidas coinciden con los planes de la empresa de hacerla rentable
Copy link to sectionEstas salidas se producen después de un año turbulento para OpenAI, marcado por la repentina destitución del director ejecutivo Sam Altman de su cargo, seguida de su reintegro apenas cinco días después.
El New York Times informó que las salidas del liderazgo de OpenAI coinciden con los esfuerzos de Altman y su equipo para transformar el modelo de negocios de la compañía.
Si bien OpenAI se fundó inicialmente como un laboratorio de investigación sin fines de lucro, los movimientos recientes sugieren un cambio hacia la obtención de ingresos y la ampliación del negocio.
OpenAI actualmente está controlada por la junta directiva de una organización sin fines de lucro, pero se informa que la compañía está explorando opciones para pasar a una estructura con fines de lucro más tradicional el próximo año.
Como parte de esta estrategia, OpenAI está en conversaciones para una nueva ronda de inversión que podría valorar la compañía hasta en 150 mil millones de dólares, según han informado Bloomberg y otros.
Entre los inversores potenciales se incluyen actores destacados como Microsoft, Nvidia, Apple, Tiger Global y MGX, una empresa de inversión en tecnología de los Emiratos Árabes Unidos.
La valoración anterior de OpenAI fue de 80 mil millones de dólares, lo que destaca el rápido crecimiento de la empresa y el creciente interés de los inversores globales.
A pesar de sus importantes logros, incluido el éxito generalizado de ChatGPT y DALL-E, los costos de OpenAI superan sus ingresos.
La compañía genera más de 3 mil millones de dólares anuales en ventas, pero supuestamente gasta alrededor de 7 mil millones de dólares por año, según NYT.
La brecha financiera ha intensificado la necesidad de la empresa de obtener financiación adicional, lo que impulsa las actuales conversaciones de inversión.
‘Productos brillantes’ por encima de las preocupaciones de seguridad
Copy link to sectionEn mayo, dos figuras clave, Ilya Sutskever y Jan Leike, se marcharon después de liderar el equipo de Superalignment de OpenAI, que era responsable de garantizar que la inteligencia artificial general (AGI) permaneciera segura.
Posteriormente, Leike criticó a OpenAI por priorizar los “productos brillantes” por sobre las preocupaciones de seguridad y afirmó que las limitaciones de recursos obstaculizaban la capacidad del equipo para completar una investigación crítica.
La ex investigadora de políticas Gretchen Krueger, quien también renunció recientemente a OpenAI, expresó su preocupación por la falta de transparencia y responsabilidad dentro de la organización.
Destacó la necesidad de mejoras en los procesos de toma de decisiones, el uso cuidadoso de la tecnología de IA y la mitigación de los impactos sobre la desigualdad, los derechos y el medio ambiente.
“Estas son preocupaciones compartidas por muchas personas y comunidades y no deben malinterpretarse como limitadas o especulativas”, escribió Krueger en su nota de renuncia.
Las salidas siguieron a las de otros dos investigadores de seguridad, Daniel Kokotajlo y William Saunders, quienes se fueron por razones similares.
Kokotajlo dijo que se fue después de “perder la confianza en que (OpenAI) se comportaría de manera responsable en la época de la IAG”.
En agosto, John Schulman, otro cofundador de OpenAI , renunció para unirse a la empresa rival de inteligencia artificial Anthropic.
A medida que OpenAI avanza hacia convertirse en una empresa más orientada a las ganancias, la tensión entre el desarrollo ético de la IA y los intereses comerciales sigue siendo un punto de discordia tanto dentro de la organización como en la industria en general.
Con la marcha de figuras destacadas como Murati, Sutskever y Schulman, el mundo de la IA estará observando de cerca para ver cómo evoluciona OpenAI en los próximos meses.
Si bien la empresa continúa ampliando los límites de lo posible con la inteligencia artificial, la dinámica interna y los cambios de liderazgo sugieren que su camino a seguir puede no estar exento de desafíos.
Este artículo se ha traducido del inglés con la ayuda de herramientas de IA, y después ha sido revisado y editado por un traductor local.
